
Investigadores del Instituto de Investigación e Innovación Sanitarias (i3S) de la Universidad de Oporto han llegado a la conclusión de que las variantes del SARS-CoV-2 afectan a otros órganos “fundamentales” del sistema inmunitario.
En un comunicado de prensa, i3S señala que la investigación, dirigida por Margarida Saraiva, evaluó “en detalle” la infección causada por tres variantes del virus SARS-CoV-2 en modelos animales: las variantes Alfa, Delta y Omicron.
El estudio, publicado en la revista científica iScience, “refuerza” otras investigaciones al demostrar que las variantes del SARS-CoV-2 “desempeñan un papel importante en la gravedad de la enfermedad [Covid-19] y que ésta ha ido disminuyendo con la evolución natural del virus”.
Citada en el comunicado, la investigadora Margarida Saraiva aclara que el pulmón fue inicialmente el “órgano diana” del estudio y que el equipo descubrió que “los daños tisulares causados por las variantes Alfa y Delta son sustanciales y van acompañados de una respuesta inmunitaria más agresiva”.
“Sin embargo, con la variante Omicron se produce un alivio de la respuesta inmunitaria pulmonar”, señala el investigador.
Además del pulmón, los investigadores decidieron estudiar otros órganos, y se dieron cuenta de que en las infecciones más graves, causadas por la variante Alfa, el “timo se ve muy afectado, sufriendo atrofia”.
“Esto significa que su función, vinculada a las células del sistema inmunitario denominadas linfocitos T, que combaten las infecciones, puede estar condicionada en la fase posterior a Covid-19”, señala.
Además del pulmón y el timo, el equipo también analizó la médula ósea y concluyó que en los casos de infecciones con las variantes Alfa y Delta “hay una producción excesiva de células mieloides” (células con potencial patológico).
“La médula ósea se ve mucho más afectada cuanto mayor es la gravedad de la infección, lo que probablemente amplifica esta gravedad”, afirma.
Margarida Saraiva destaca que el impacto de la infección “va más allá del pulmón” y que esto “debe tenerse en cuenta a la hora de definir terapias de respuesta a infecciones graves causadas por el SARS-CoV-2” para “intentar acelerar la recuperación del paciente”.
La investigación, realizada en colaboración con otros grupos de investigación de i3S e Immunethep, fue financiada por la Sociedad Británica de Quimioterapia Antimicrobiana (BSAC).