La reciente legislación en el estado de Washington está siendo elogiada por sus esfuerzos para abordar los efectos duraderos de las prácticas históricas de discriminación racial en el sector inmobiliario. La ley, firmada por el gobernador demócrata Jay Inslee en mayo, tiene como objetivo no solo reconocer el daño causado por los convenios discriminatorios anteriores, sino también brindar reparación a los afectados.
La nueva ley establece una tarifa de $100 que se cobrará en todas las transacciones de bienes raíces, la cual contribuirá a una cuenta de propiedad de convenios. Esta cuenta se utilizará para proporcionar préstamos para el pago inicial y los costos de cierre a compradores de vivienda por primera vez elegibles que antes estaban prohibidos de adquirir propiedades debido a los convenios raciales. Los descendientes de las personas también afectadas por estos convenios también serán elegibles para recibir asistencia. Los beneficiarios deben tener ingresos iguales o inferiores al 100% del ingreso medio del área.
Aunque el monto exacto de la asistencia financiera aún está por determinarse, se estima que el fondo generará entre $75 y $100 millones anualmente. El estado de Washington tiene como objetivo comenzar a distribuir fondos de la cuenta a partir de julio del próximo año.
Historiadores e investigadores han elogiado la legislación de Washington por su enfoque en rectificar las injusticias históricas. Reconoce el impacto intergeneracional de las políticas discriminatorias raciales y busca brindar soluciones específicas. La tasa de propiedad de vivienda entre los grupos raciales minoritarios en el estado es significativamente más baja que la de los hogares de blancos no hispanos, lo que indica disparidades persistentes en la vivienda enraizadas en prácticas discriminatorias pasadas.
Aunque algunos argumentan que las tarifas asociadas con la ley pueden afectar de manera desproporcionada a las personas de bajos ingresos, los defensores de la legislación argumentan que la compensación es esencial para abordar el daño causado por los convenios raciales. Estos convenios no solo impusieron la segregación, sino que también limitaron las oportunidades de propiedad de vivienda durante generaciones. Restaurar estas oportunidades perdidas requiere medidas proactivas.
Es importante tener en cuenta que abordar únicamente los convenios raciales no eliminará completamente las disparidades de vivienda actuales. Sin embargo, iniciativas como la ley del estado de Washington se consideran un paso justificable y necesario para rectificar las injusticias históricas causadas por estas prácticas discriminatorias.
Preguntas frecuentes
¿Qué son los convenios raciales?
Los convenios raciales eran cláusulas contractuales incluidas en las escrituras de propiedad que prohibían la venta u ocupación de viviendas por parte de personas de ciertas razas o etnias.
¿Cómo imponían los convenios raciales la segregación?
Los convenios raciales evitaban que las personas no blancas compraran o ocuparan terrenos, segregando efectivamente a las comunidades y limitando las oportunidades de vivienda para los grupos raciales minoritarios.
¿Cuál es el impacto de los convenios raciales en la actualidad?
Los efectos de los convenios raciales todavía se sienten en la actualidad, ya que contribuyeron a las disparidades continuas en la vivienda al limitar el acceso a oportunidades de acumulación de riqueza para las poblaciones minoritarias.
¿Cómo aborda la legislación del estado de Washington los convenios raciales?
La nueva ley del estado de Washington impone una tarifa en las transacciones inmobiliarias, la cual se utiliza para establecer una cuenta de propiedad de convenios. Esta cuenta proporciona asistencia financiera a compradores de vivienda por primera vez elegibles que antes estaban excluidos de adquirir propiedades debido a los convenios raciales.
¿Qué otras medidas se pueden tomar para abordar las disparidades de vivienda?
Si bien eliminar los convenios raciales es un paso significativo, abordar las disparidades de vivienda requiere un enfoque multifacético. Implica abordar barreras sistémicas como el redlining y garantizar un acceso igualitario a oportunidades de vivienda para todas las personas, independientemente de su raza u origen étnico.
(Fuente: Stateline)