Aunque varios países de la Unión Europea terminarán el año 2023 con un crecimiento positivo del PIB, el sector inmobiliario sigue enfrentando desafíos debido a los ajustes de precios causados por la inflación, las políticas del Banco Central Europeo (BCE) y las consecuencias de la guerra en Ucrania. Los alquileres de viviendas, la logística y las oficinas son los sectores más afectados, pero las perspectivas a largo plazo son alentadoras.
El acceso a préstamos se ha vuelto más caro y difícil en comparación con el pasado, lo que ha llevado a una disminución generalizada de las inversiones en el sector inmobiliario. Además, la incertidumbre global y local ha llevado a una revalorización en curso de los activos inmobiliarios, lo que ha reducido la demanda por parte de los inversores.
En el sector de la logística, la demanda se ha desacelerado debido a la ralentización del comercio internacional, lo que ha llevado a una contracción en los alquileres y a una disminución de los rendimientos. En cuanto a las oficinas, la incertidumbre persiste debido a la pandemia de Covid-19 y a la depreciación acelerada de los edificios, lo que podría afectar el valor de estos activos.
A pesar de estos desafíos a corto plazo, las perspectivas a largo plazo son positivas. Los expertos creen que el sector logístico será uno de los más destacados en los próximos cinco años, gracias al crecimiento continuo de nuevos ocupantes y a la alta demanda de alquileres. En cuanto a las oficinas, los activos en los principales distritos empresariales siguen siendo atractivos para los inquilinos, y se espera que los alquileres experimenten un crecimiento anual del 2%.
El sector minorista se está adaptando al crecimiento del comercio electrónico y a los nuevos hábitos de consumo. Aunque las unidades comerciales en centros comerciales han aumentado su valor, el aumento de los precios y su impacto en la renta disponible podrían reducir el ritmo de ventas en los próximos meses. Sin embargo, el turismo en auge y la buena salud económica de los minoristas siguen respaldando el sector.
En cuanto a la sanidad y la vivienda residencial, también se han enfrentado a ajustes en los precios y la rentabilidad debido a factores macroeconómicos. Sin embargo, a largo plazo, estas áreas se benefician de tendencias demográficas como el envejecimiento de la población y la urbanización, lo que las convierte en opciones atractivas para los inversores.
En resumen, a pesar de los desafíos a corto plazo, el sector inmobiliario de la UE tiene perspectivas positivas a largo plazo, especialmente en los sectores logístico, de oficinas, minorista, sanitario y residencial. Los inversores deben considerar varios factores y evaluar los riesgos antes de concentrar sus recursos en un sector específico.
Fuentes:
– BNP Paribas REIM: Análisis del sector inmobiliario en el segundo semestre de 2023.