
Los inversores en China comienzan a mostrar mayor preocupación por el riesgo crediticio en el sector inmobiliario del país. Según un informe de Bank of America, el número de encuestados preocupados por el sector se ha duplicado hasta alcanzar el 33% en septiembre en comparación con datos del mes anterior.
La situación de la promotora china Evergrande, que se declaró en quiebra en Estados Unidos en agosto, es un ejemplo de las crisis financieras a las que se enfrenta el sector inmobiliario chino. Sin embargo, también la crisis de Country Garden, que ha tenido menos problemas, refleja el miedo que se vive en el sector.
La desaceleración económica y la caída de los precios de las viviendas han llevado a los propietarios a no invertir en segundas o terceras viviendas. Además, Country Garden cuenta con varios proyectos inacabados en ciudades más pequeñas donde los inversores adquieren menos viviendas.
Aunque las autoridades han implementado medidas para apoyar al sector inmobiliario, como estímulos fiscales, la reacción ha sido limitada. En Pekín, que ha mostrado una mayor respuesta a los estímulos del gobierno, las ventas de viviendas ya construidas han disminuido un 35% en comparación con el fin de semana siguiente al anuncio de las medidas de relajación en los intereses hipotecarios. Las viviendas de nueva construcción han seguido la misma tendencia en la capital.
La disminución de los salarios también agrava la situación. En ciudades como Shanghái y Pekín, los salarios han caído un 9% y un 6% respectivamente en el segundo trimestre de este año en comparación con el año anterior. Además, las empresas están reduciendo los beneficios proporcionados a sus empleados.
El sector tecnológico y la industria financiera también están sufriendo las consecuencias de la desaceleración económica, con recortes de hasta un 40% en algunos casos. A pesar de este panorama poco optimista, el gobierno chino prevé un crecimiento económico del 5% para el año 2023.
Además, la tasa de desempleo juvenil en China supera el 20%, aunque el gobierno dejó de publicar datos al respecto hace un mes. La crisis ha llevado a una reducción en la creación de empleo, lo que implica una menor inversión en bienes y servicios por parte de la población.
Estos factores podrían frenar las ambiciones del presidente chino, Xi Jinping, de que el sector inmobiliario sea clave en la recuperación económica del país.
Fuentes: Bank of America.