
Después de las primarias del pasado 13 de agosto, se plantean ciertas certezas y al mismo tiempo, incertidumbres en el marco del entorno social y económico de Argentina. Se espera que el próximo gobierno, independientemente de quién gane, sea un gobierno de centro y esté obligado a ordenar las cuentas de la economía. Esto podría generar un clima de negocios favorable y beneficiar al mercado inmobiliario argentino.
Se espera que condiciones como la independencia energética, la explotación del litio, el fin de la sequía y un nuevo gobierno más comprometido con la reducción de la pobreza puedan cambiar el escenario actual y generar la percepción de que es posible invertir en el país.
Uno de los temas principales en el sector inmobiliario es la necesidad de modificar la Ley de Alquileres y solucionar el déficit de vivienda asociado a la falta de crédito hipotecario. El sector espera que se priorice el sentido común por encima del debate ideológico y político para resolver estos problemas.
Es importante tener en cuenta la mirada del inquilino y brindarle mayor previsibilidad para pagar un valor acorde al mercado y a sus posibilidades. El próximo presidente también deberá poner en agenda el crédito hipotecario como una herramienta fundamental para resolver el déficit habitacional.
Además, es necesario que el próximo gobierno pueda hacer frente a uno de los mayores problemas de los últimos años en Argentina: la inflación. La inflación anula cualquier posibilidad de generar condiciones favorables para propietarios e inquilinos, como créditos accesibles para la adquisición de viviendas.
Así, el sector inmobiliario argentino espera que cualquiera que sea el próximo presidente tome las riendas del país y pueda resolver estos desafíos, que afectan a todos los actores involucrados en el mercado inmobiliario.
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