Después de un período de intensa actividad inmobiliaria durante la pandemia, el mercado de viviendas en España está mostrando signos de desaceleración. Muchos propietarios decidieron vender sus propiedades para comprar otras que se adaptaran mejor a las nuevas necesidades, como la necesidad de espacios al aire libre y el teletrabajo. Además, la demanda extranjera también se recuperó, con adquisiciones de segundas residencias por motivos vacacionales y teletrabajadores procedentes de otros países.
Sin embargo, esta vitalidad pospandémica del mercado de compraventa de viviendas está disminuyendo a medida que se cumplen las necesidades de la demanda y las condiciones de financiación se vuelven más exigentes. Aunque las ventas han disminuido desde el segundo trimestre de 2023, el mercado no está totalmente parado. Se estima que alrededor de 500,000 viviendas se venderán en España para finales de 2023, a pesar del descenso en comparación con las cerca de 650,000 transacciones realizadas en 2022.
El Banco de España describe a los compradores actuales como hogares de rentas medias y altas, de mediana edad y con un patrimonio preexistente. Sin embargo, estos compradores no son suficientes para mantener el mercado inmobiliario a un nivel de dinamismo similar a los años anteriores. Se espera un repunte en las ventas una vez que se estabilicen los tipos de interés de los préstamos hipotecarios, aunque esto no se espera hasta al menos 2024.
A pesar de la desaceleración, se espera que el precio de la vivienda siga resistiendo, principalmente debido a la favorable situación patrimonial de los agentes de mercado. Sin embargo, la evolución de los precios varía en distintas regiones del país, dependiendo del desajuste entre la oferta y la demanda. En comunidades donde la demanda es alta y la oferta escasa, los precios muestran un mayor dinamismo.
Fuentes: Informe reciente del Banco de España sobre “El desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda”.