Según un estudio realizado por Fotocasa, el 17% de las viviendas en el mercado inmobiliario provienen de herencias. Sin embargo, hay dos motivos principales por los cuales los herederos prefieren deshacerse de estas propiedades.
En primer lugar, se encuentran las cuestiones personales. Un 32% de las personas opta por vender la vivienda heredada debido a cuestiones personales que les impiden mantenerla. Estas razones pueden estar relacionadas con cambios en las circunstancias familiares, como divorcios o mudanzas a otro lugar.
El segundo motivo tiene que ver con evitar problemas económicos. Un 27% de los herederos prefiere poner la propiedad en alquiler, en caso de que los inquilinos no puedan afrontar los pagos. De esta manera, se evitan problemas financieros y se obtiene una fuente de ingresos constante.
Además de estos motivos, existen otras razones para vender directamente la vivienda heredada. Por un lado, pueden ser los altos costos asociados a la propiedad, como impuestos y mantenimiento, que los herederos no pueden asumir. Por otro lado, la falta de beneficios fiscales para hacer frente a los riesgos puede influir en la decisión de venta. También puede haber interés por parte de los herederos en utilizar el dinero de la venta para adquirir otra vivienda.
Sin embargo, vender una propiedad heredada no es tarea fácil. Los elevados precios de las viviendas y la intervención de las agencias inmobiliarias dificultan este proceso. Además, la ubicación de la propiedad desempeña un papel fundamental. Heredar un apartamento en el centro de Madrid es muy diferente a heredar una casa antigua en un pueblo rural.
En resumen, los herederos optan por vender las viviendas recibidas en herencia principalmente por motivos personales y para evitar problemas económicos. Aunque existen desafíos al momento de vender una propiedad heredada, como los precios y la ubicación, muchas de estas propiedades se encuentran disponibles en el mercado inmobiliario.
Fuentes:
– Estudio de Fotocasa.