
La moda de mudarse a Andorra, impulsada por los youtubers españoles debido a los bajos impuestos en comparación con España, ha llevado a un boom inmobiliario en el país vecino. Sin embargo, esta tendencia ha provocado una subida exponencial de los precios de las viviendas, tanto en alquiler como en hipotecas, lo cual está causando problemas a los propios ciudadanos andorranos.
Durante el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, el precio de venta de los inmuebles ha aumentado un 12,8%. Ante esta situación, Cerni Escalé, líder de la oposición en Andorra, ha afirmado que están frente a una “epidemia inmobiliaria” y que algunos ciudadanos están abandonando el país porque no pueden permitirse vivir allí.
Para frenar esta subida de precios, el Gobierno de Andorra ha decidido promulgar una moratoria que prohíbe temporalmente a los extranjeros adquirir viviendas en el Principado, tanto en alquiler como en forma de hipoteca, hasta poder construir viviendas con alquileres asequibles.
Se estima que actualmente hay aproximadamente 3,000 casas en alquiler vacías en Andorra, lo que muestra una situación de mucha demanda y poca oferta. Además, los bajos salarios actuales dificultan el pago de los inmuebles disponibles.
Esta situación también se ha extendido a la localidad de La Seu d’Urgell, donde los alquileres han aumentado debido a la llegada de ciudadanos andorranos en la misma situación. Este fenómeno inmobiliario se ha convertido en un problema que afecta a otras zonas de los Pirineos, como la Cerdanya o el Pallars, donde los habitantes locales tienen dificultades para encontrar alquileres asequibles que les permitan quedarse en sus lugares de origen.
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